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REGIONES DE BRAZIL Y SUS ECOSISTEMAS

Debido a sus inmensas proporciones, el territorio brasileño se divide en regiones, no de manera política ni administrativa, sino para comprender mejor sus características geográficas y biológicas, que a su vez se agrupan en seis ecosistemas: Caatinga, Pantanal, Selva Amazónica, Mata Atlántica, Pampas y Cerrado.

Por ejemplo, en la región norte predomina el clima ecuatorial y la mayor parte de su vegetación es formada por la selva amazónica; se cree que la selva posee el 30% de la biodiversidad del mundo (especialmente de plantas y de insectos), lo que la convierte en la mayor reserva de biodiversidad del mundo, y solamente cerca de un 50% de sus especies han sido identificados por la ciencia. Entre la increíble y sorprendente diversidad de fauna, encontramos aquí al caimán negro, el mono tití, la anaconda, el delfín de río, el águila arpía, el jaguar y cientos de especies que hacen de esta maravillosa selva su hogar.

La región nordeste, además de poseer el mayor litoral de Brasil combinado con la frondosidad de la Mata Atlántica, en su interior despliega una exótica geografía con mesetas y depresiones que conforman las chapadas, otorgándole un rango climático desde el ecuatorial húmedo y el tropical semi árido. Aquí conviven también los ecosistemas de la caatinga y el cerrado, el primero de clima seco con vegetación arbustiva, arbórea y herbácea, y el segundo, un área de enorme importancia ecológica, reconocido como la sabana más rica del mundo en biodiversidad. En estas regiones viven los más extraños animales que tienen que adaptarse a las condiciones climáticas extremas para sobrevivir, entre ellos el oso hormiguero gigante, el mono sauá, el armadillo, lagartos, monos y roedores.

Ahora, en la región del centro-oeste también incluye una buena porción del cerrado y además es donde está ubicado el Pantanal. No nos cansamos de hablar de esta inmensa llanura inundada, simplemente porque su clima húmedo y su superficie empantanada atrae miles de mamíferos, anfibios, reptiles y aves. En el Pantanal la vida sigue un ciclo anual de subidas y bajadas de las aguas, dictado por las lluvias y por el curso del río de Paraguay y de sus muchos afluentes. En la estación de lluvias – más dura de octubre a marzo – los ríos suben e inundan lentamente los llanos con un promedio de uno a tres metros de agua. Al final de la estación de lluvias solamente pequeñas islas y los cerros siguen secos. Y como los leones en África o los orangutanes en Indonesia, ¡es aquí en el Pantanal donde se da la mayor oportunidad de avistar a al grandioso jaguar! Sin dejar de lado que muy fácilmente nos podemos encontrar a la vuelta de la esquina con los capibaras, el tapir, el yacaré y los guacamayos.

En el sudeste brasileño se encuentran algunos de los puntos más altos del país con un clima tropical de cuatro estaciones bien definidas. Al igual que las dos anteriores el cerrado hace parte de esta región, pues es el bioma más extenso de Brasil y también una buena parte de Mata Atlántica, la más importante selva tropical, debido a la riqueza excepcional en biodiversidad de sus ecosistemas, su belleza natural y al valor universal para la humanidad. En esta región queda São Paulo, Rio de Janeiro, Minas Gerais, con muchas zonas urbanas rodeadas de paisajes montañosos y bosques de Mata Atlántica poblados por numerosos monos como el gran muriquí y los pequeños titíes, además de iguanas, tortugas, osos perezosos, tucanes y papagayos.

Finalmente la región sur se presenta con hermosos valles, planaltos, llanuras, bosques de araucaria y playas paradisíacas en medio del ecosistema denominado Las Pampas,  el cual comparte con Argentina y Uruguay. A esta región pertenecen no solo Iguazú y sus famosas cataratas, sino también un gran número de frondosas florestas habitadas por zorros, ocelotes, lobos, cocodrilos y garcetas.

Numerosos ecosistemas cohabitan en un solo país, lo que explica sus más de 70 parques nacionales administrados por el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio), cuyo objetivo básico “es la preservación de ecosistemas naturales de gran relevancia ecológica y belleza paisajística, posibilitando la realización de investigaciones científicas y el desarrollo de educación e interpretación ambiental, de recreação en contacto con la naturaleza y de turismo ecológico”. ¡No es por nada que Brasil se encuentre en la tercera posición en el Global Wildlife Travel Index de 2019!