Una Mezcla Única de Historia, Gastronomía y Arte Moderno Brasileño en Minas Gerais

Quiero dejar claro que escribir esto es una necesidad. Registrar, recordar y recontar nuestra historia de viaje para compartirla con otros mientras expreso toda esta mezcla de imágenes y sensaciones que quedaron después de ocho días recorriendo Minas Gerais, uno de los más bellos estados de Brasil, junto a mi esposa, Clare, para celebrar nuestro décimo aniversario.”

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Arte y arquitectura

Llegamos directamente a la capital del estado, Belo Horizonte, una ciudad cuyo nombre le hace honor, porque el paisaje de montañas que la rodea es grandioso. Aquí tuvimos una elegante recepción después de la cual fuimos guiados a través de un interesante tour arquitectónico por la ciudad. Además de visitar los barrios y plazas más representativos, nuestra guía nos ayudó a entender la historia de Beagá, (así llaman cariñosamente los locales a su ciudad), a través de las obras y construcciones de la primera ciudad planificada de Brasil. Personalmente quedé impactado con los diseños del famoso arquitecto Oscar Niemayer en el complejo de Pampulha, donde pudimos apreciar el Museo de Arte, la Casa do Baile y la Iglesia Sao Francisco.

Más tarde nos llevaron a Brumadinho, hermoso municipio ubicado en la zona metropolitana de BH, donde nos esperaba una cena maravillosa en la comodidad del hotel. Pudimos descansar en un hermoso chalet en medio de los cerros, rodeado de árboles y con una vista panorámica sin igual. En Brumadinho también se encuentra una de las muestras artísticas más interesantes que he conocido, el Museo de Arte Contemporáneo Inhotim, ¡que queda al aire libre y es a su vez un jardín botánico! Clare, que adora caminar en la naturaleza, quedó fascinada con este programa, andando por los jardines y deteniéndose a observar las incontables obras de arte exhibidas en ellos.

Después de un día lleno de sorpresas impactantes, interesantes e inspiradoras, nos condujeron de nuevo a nuestra posada donde pudimos relajarnos en el hermoso jacuzzi con cascada al aire libre y luego disfrutar una cena deliciosa en la privacidad de nuestra cabaña. A pesar de estar cansados, pasamos horas sentados en la terraza conversando y recordando las obras y piezas que vimos durante el día, y especulando acerca de nuestro siguiente destino.

 

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Historia y Gastronomía

Última noche en nuestra posada de Brumadinho (vamos a sentir falta de ese horizonte) y al día siguiente comienza una aventura nueva rumbo a Tiradentes. El camino de ida es un fabuloso recorrido por los pueblos coloniales de Ouro Preto y Congonhas, localizados armónicamente en medio de las verdes sierras. En el primero paramos para caminar un poco por sus calles empinadas visitando las iglesias barrocas decoradas con la inmensa riqueza descubierta en la región siglos atrás, y sentir el ambiente animado de los estudiantes de la Universidad Federal. Clare tenía muchas ganas de probar la comida local y nuestro guía, Alberto, nos recomendó un excelente restaurante de comida minera típica donde pudimos saborear gran variedad de platos y recetas en un ambiente completamente acorde con la cultura, el arte y la historia de Ouro Preto.

Más tarde, en Congonhas, pudimos visitar el Santuario de Bom Jesus, donde se encuentra una de las obras maestras de Aleijadinho, el conjunto de esculturas llamado Doze Profetas, para finalmente seguir hasta Tiradentes.

Clare y yo estuvimos encantados de llegar a la capital gastronómica del estado, pues claramente una de las pasiones que compartimos además de viajar es la comida. Cabe mencionar que desde que llegamos fuimos invitados a los mejores restaurantes y pudimos comprender un poco de qué se trata la cocina minera; pero en Tiradentes la inmersión fue total, pues cada esquina respira un sabor y un aroma diferente, con sus quesos y sus dulces que invitan a parar y dejarse llevar por el universo particular de cada bocado.

Nos quedamos dos noches en una posada apacible y acogedora, establecida en los años 70’s por John Parsons y su esposa minera Anna María, que convirtieron una casa colonial en una espacio para recibir huéspedes. No pudimos dejar de sentir que estábamos visitando a unos amigos en su elegante casa de campo. Ellos también nos enseñaron delicias gastronómicas y nos atendieron en medio de la paz y la verde naturaleza que nos rodeaba.

Aprovechamos para hacer caminatas por Tiradentes que nos llevaron a descubrir los sabores de la región donde pudimos conocer a los productores y entender algunos procesos de preparación de los alimentos, lo cual hizo aún más interesante el descubrir estos tesoros para el paladar. Dulce de leche, de guayaba, jaleas de fruta y la famosa cachaza de alambique son algunas de las delicias que quisimos traer a casa antes de despedirnos de Tiradentes, del maravilloso guía que nos acompañó, y continuar el viaje.

 

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Intimidad y Calma en el Parque forestal

Los últimos tres días fueron completamente nuestros. LLegamos a un escenario absolutamente inspirador en el Parque Estatal de Ibitipoca, que resguarda incontables cascadas, ríos, lagos, picos y senderos para caminar. Dentro de la reserva se encuentra una antigua hacienda que remite al siglo XVIII, la cual ha sido armoniosamente adaptada para alojar huéspedes con el máximo confort y el más cálido servicio. Desde nuestra amplia cabaña con terrazas pudimos disfrutar la visión mística de las montañas y sus bosques, y a nuestro propio ritmo fuimos decidiendo descubrir una a una las joyas guardadas y protegidas en este parque.

Catarina, nuestra experta guía naturalista nos acompañó cuando le pedimos a lugares que no habíamos imaginado en sueños, como la Cachoeira dos Macacos y la Janela do Céu, que realmente es una ventana al cielo. Como adoramos caminar, Clare y yo también subimos la montaña hasta el Pico do Pião, uno de los circuito más largos y de mayor dificultad, pero que merece el esfuerzo.

Y cuando no estábamos fuera paseando en la villa o recorriendo caminos, nos quedamos en nuestro alojamiento dentro de la reserva, regalándonos unas horas en el Spa con tratamientos naturales y exquisitos, degustando una de las tantas opciones del menú con recetas tradicionales y alimentos frescos producidos en la misma hacienda o simplemente sentados en la terraza observando el lago mientras escuchamos el sonido de los pájaros y respiramos el aire fresco.

 

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Fin de ciclo y Comienzo de Ciclo

Cerramos entonces, Clare y yo, nuestros primeros diez años juntos con una aventuro de lujo increíble, en la que nos dimos de regalo el estar completamente con el otro viviendo algo nuevo y encantador.

“Tuvimos la oportunidad de recordar aquello que nos une, el amor por la aventura y la naturaleza, y el placer de ser recibidos en espacios cómodos y acogedores para disfrutar de nuestra intimidad y privacidad”

Regresamos a casa llenos de energía y motivación para iniciar un nuevo ciclo en la relación, con nuevas historias para contar a los amigos, datos interesantes sobre Brasil para entender mejor el mundo y un nuevo repertorio de sabores y aromas que expandieron nuestro paladar.

¡Gracias Brasil, gracias Minas Gerais!

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